En este segundo volumen de su "Trilogía alpina", Werner Kofler juega al gato y al ratón con el lector a lo largo de "tres prosas, aparentemente independientes. Si la primera es formalmente bastante clásica, las dos siguientes...
Se pone en práctica uno de sus principios estéticos: "Si el lector dice: realidad, el autor replica: literatura. Si el lector dice: literatura, el autor replica: realidad".